¿Cuáles fueron los ingredientes que conformaron a esa mujer que muchos definieron como salvaje, agresiva, visceral, ardiente…? Si intentamos responder esta pregunta es preciso remitirnos a los orígenes. Nada más y nada menos que Santiago de Cuba como cuna, tierra de fuego, de calor y de sonidos estremecedores. Es imposible resistirse al dominante convite de una conga santiaguera. El personaje que aquí les presentamos tampoco pudo hacer resistencia, así que cuando el veintitrés de diciembre de 1936 tocaron los tambores nació una de las hijas más queridas de la otrora provincia Oriente, Lupe Victoria Yolí Raymond.
Impulsada por una pasión por la música que la hacía hundirse en un frenesí, La Lupe llega a La Habana para cautivar en el nigth-club La Red. Aunque no fue éste el único escenario conquistado por la artista, su paso por él fue motivo de inspiración de muchas leyendas…
Por eso no es extraño que hoy Lupe regrese a su antiguo camerino para enfrentar su pasado. En su intimidad descubrirán qué escondía detrás de esa imagen de fiera indomable, de “Gran Tirana”.
La Gran Tirana, es un monólogo de Carlos Padrón en el que una vez más la fuerza arrasadora de La Lupe llega a los escenarios de la mano de una actriz seducida por los cantos y las historias, Anna Lucía González Valdés quien asume el reto de interpretar al personaje que ha tomado tantas voces y cuerpos de actrices de diversas generaciones y estilos.
Sin embargo esta joven intérprete asume a La Lupe como fuente inspiradora, como modelo para la construcción de un arquetipo que nos habla sobre la gran cantante cubana, pero también sobre una historia compartida, sobre la pugna entre la vida y la muerte, sobre la dualidad de un artista y un ser humano.
En escena, un espacio íntimo, confesional, poblado de recuerdos y dolores, de fantasmas del pasado, y un espacio público, lleno de artificio, luces y aplausos. La relación de estos dos espacios paralelos sitúa al espectador ante una dinámica singular que le permite descubrir a las dos Lupes, la del escenario y la de la vida. Anna Lucía González Valdés logra interpretar a la mujer santiaguera, luchadora, fuerte y débil a la vez, pero también es La Lupe tirana, vampiresa y tremenda que vive aún en sus canciones.
La actriz se vale de diferentes recursos para construir al personaje en sus dos planos. En el camerino tiene la palabra, las historias de sus venturas y desventuras. Frente al micrófono tiene la música, la piedra y la bomba. Anna Lucía canta los temas de La Lupe siguiendo su pauta gestual, pero conserva un timbre propio que salva su interpretación musical de la imitación y la convierte en ofrenda sincera. Los momentos musicales del espectáculo matizan el dramatismo del texto y cautivan al público quien, tras cada canción, aplaude a la actriz.
La Gran Tirana, es una puesta en escena auténtica y coherente con la pasión de esta joven actriz por el personaje de La Lupe. El texto de Carlos Padrón sirve otra vez como puente entre La Yiyiyi y los que, desde el teatro, desean recordarla. Es el merecido homenaje que le brindaran al cumplirse ochenta años del nacimiento de Lupe Victoria Yolí, y con el que una vez más Anna Lucia se apresta a convocar su espíritu inquieto como el gesto amoroso de quien se empeñan en sostener, sobre sus hombros, el peso del universo.
Amigos y amigas les invitamos a que recreemos aquellos encuentros en el club nocturno La Red, en la red de la Yiyiyi, donde para hacer menos doloroso el acto depredador que fuera su vida, ella ha considerado agregar unas canciones como aderezo y alivio. ¡No la hagamos esperar!
La Lupe vuelve a la escena