José Antonio (Maceo) - El Rincon Cubano

El Maceo que tuve en suerte conocer.

Por Oniel Moisés Uriarte.

He tenido la suerte de conocer a muchos artistas cubanos a lo largo de mis años relacionados al panorama musical de la isla, pero cuando se trata de elegir uno con el que comenzar la nueva sección para “Memorias de Cuba”, se me hace difícil la tarea. No obstante hoy mirando fotografías de la Habana, encuentro una donde aparece el edificio Radio Centro y me vino a la memoria el recuerdo de alguien a quien consideré muy especial haber conocido y compartido en un momento importante de su vida, me refiero a José Antonio Rodríguez Aguilera “Maceo”, quien fuera cantante del grupo musical cubano Sierra Maestra.

Cuando le conocí personalmente ya se había graduado en la CUJAE y trabajaba como ingeniero en el canal 6 de la televisión cubana, aunque ya desde algunos años antes le seguía en las presentaciones que realizaba con el grupo en las peñas musicales de la casa de FEU.

Maceo, aunque pequeño de estatura, fue un hombre inmenso, alguien al que no podía concebirse donde guardar el torrente de voz del que hacía gala sin ostentación, tanta musicalidad, afinación y amor por la música cubana. José Antonio fue, no solo un gran músico, fue una gran persona, muy querido entre sus más allegados y en general por el pueblo del que se ganara el cariño y admiración desde la participación de Sierra Maestra en el concurso Adolfo Guzmán y que gracias a su manera tan especial de interpretar el son cubano, reverdecieron en el gusto popular grandes como el Septeto de Ignacio Piñeiro.

Por mi relación con el personal técnico de la televisión cubana me tocó en suerte trabajar directamente con el área donde trabajaba Maceo, y fue esta la razón por la que tuve que enfrentar la situación laboral en la que se encontraba por entonces.

Un día que desayunábamos en la cafetería La Terraza, lugar al que acudíamos muchos de los trabajadores del ICRT, me comentó su preocupación acerca de la evaluación técnica que desde hacía un tiempo le correspondía y al no efectuarse le mantenía en la escala mínima salarial.

Por el tiempo que llevaba en el cargo que ocupaba como Especialista Principal en los estudios de televisión del Canal 6, le correspondía un salario mayor y no el que devengaba. Sin embargo aun conociendo la razón que le avalaba, me llamó mucho la atención la sencillez con la que lo puso en mi conocimiento y sin ningún tipo de presión, exigencia, ni reclamo.

Fue ardua la tarea que tuve que emprender, amén de enfrentar algunos criterios en contra del trámite que iniciara con el departamento de Organización del Trabajo y Salarios, familiarmente conocido como OTS. El argumento en el que se basaba el hecho de no evaluarle, era el tiempo de licencias culturales a la que se acogía como integrante de una agrupación, que hasta entonces seguía perteneciendo al movimiento de aficionados.

La constancia nos llevó a buen puerto y finalmente se ganó la batalla, OTS dictaminó a favor de José Antonio al que se le aplicó la máxima escala en su especialidad técnica de forma retroactiva, lo que le representara un buen salario y además una buena suma, que logró devengar de una sola vez.

Una gran satisfacción me embriagó al lograr aquel reconocimiento y mucho más el afecto de alguien que consideraba muy merecedor de lo que bien se había ganado. Poco tiempo después José Antonio dejaba de trabajar en la televisión para dedicarse a la música de forma profesional, algo que estoy seguro, muchos agradecimos.